jueves, 15 de enero de 2009

Nuevos retos

Empezando de cero en otra empresa, ese será el pensamiento dentro de menos de 5 horas cuando firme el contrato en el nuevo trabajo, sí empezando de cero de nuevo, pero con ganas de llegar a formarme plenamente en mi trabajo, de empezar a "hacer carrera" y de porqué no decirlo, ganar dinero que hace mucha falta.

Es el momento de un nuevo cambio, el cambio hacia una mejor situación laboral dentro de ésta para mi, nueva ciudad. Suena raro decir que en menos de 2 meses voy a empezar con mi tercer trabajo, incluso suena alarmante, pero teniendo en cuenta que en dos dias dije adiós al primer trabajo por haber encontrado algo mucho mejor y que ahora hago lo mismo por el mismo motivo, yo lo considero más que aceptable.

Llevo varios días visitando el aeropuerto para ir a recoger a distintas amistades. Lo primero que he de decir esque me gusta el aeropuerto, pero eso sí, me gusta las zonas de "llegadas". Son completamente distintas las sensaciones que sientes en una parte del aeropuerto como esa, es como que esperas esa "llegada" con tanto entusiasmo y te genera tanta ilusión que te sientes como el niño que está debajo del arbol de navidad abriendo el regalo de los reyes. Es bonito ver todas esas familias que se reencuentran, esos amigos que se ven, y si ya empiezas a sonreir cuando es el de al lado el que está recibiendo su "llegada" cuando te toca a ti es felicidad plena.
Han sido tres "llegadas" diferentes, tres dias seguidos. Sentimientos contrastados con los que sientes en el momento en que te das cuenta que esas personas han de embarcar y dejar sus objetos en una cajita de plastico, pasar por el detector de metales, y es ahi cuando dices el último adiós, no sabiendo muy bien hasta cuando.

Entra la morriña, supongo que es normal, pero también pienso que hay que quedarse con esos momentos vividos que los han hecho ser tan especiales... esas historias que había que contarse, esa mirada de complicidad, los paseillos por el metro, por la ciudad, los abrazos, las sonrisas, los momentos en mi casa... todos tan distintos pero a la vez tan buenos...Sería como para rodar una película, como en tres días se pueden hacer casi las mismas cosas vividas de distinta manera.

Siempre son buenos los reencuentros pero también tengo que asimilar que no vivo todos los días así. Ahora toca currar, currar duro, y saber enfrentarse a lo que siempre he sido. En pocos días volverá a haber visita, bastante distinta, en esta ocasión familiar, y aunque se me trunquen un poco los planes, tocará tragar, poner buena cara e intentar quedarme con buen sabor de boca porque lo contrario no lleva a nada.

Me encanta la nieve, nose porqué pero me hace sonreir y me dan ganas de cantar e incluso de saltar (está comprobado).
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